AGRAMONTE: SIN CRUCES NI PALOMAS BLANCAS
Sin cruces ni palomas blancas. Reconocemos al hombre vivo que inmortalizó sus ideas con hechos.
Tuviste que desencarnar a destiempo, para descubrir tu grandeza, es el destino sellado para muchas luminarias, breve estancia en el tiempo pero permanentes en el recuerdo.
Tuvimos la oportunidad de compartir juntos en las tribunas jurídicas y en los avatares de la política, por muchos años, que, ahora resultan pocos
Tu erudición nos acostumbró a los vibrantes discursos políticos y a las convencedoras oratorias forenses, ambientadas en las más ilustres metáforas de las ideas políticas y los pensamientos jurídicos más avanzados.
Apenados pero sin las tristezas que evocan las cruces y las palomas blancas que surcan los cielos azulados con luces de nubes blancas, expresamos la satisfacción por el premio que nos dio la vida de conocer y compartir con un ser de espíritu superior.
Muchos nos resistimos a contemplar tu anatomía física deteriorada por el feroz ataque del silente quebranto, porque fue preferible mantener la imagen del hombre firme y trabajador infatigable.
Los carriles de los cañaverales, que transitaste para impartir docencia, los barrios y las calles de los pueblos de nuestra provincia, que, en las lides jurídicas y políticas ayer recorriste esparciendo esperanza de justicia, hoy se disputan el honor de llevar tu nombre. Tuviste que desencarnar a destiempo, para descubrir tu grandeza.
Luego, hoy es el primer día en que te recordaremos siempre, porque, reconocemos los aportes de tu fructífera vida terrenal.
Sin cruces ni palomas blancas, te rendimos honor. Compañero, amigo y colega, Dr. Ramón Agramonte Alcequiez (Román).
(VER VIDEO)
Sin cruces ni palomas blancas. Reconocemos al hombre vivo que inmortalizó sus ideas con hechos.
Tuviste que desencarnar a destiempo, para descubrir tu grandeza, es el destino sellado para muchas luminarias, breve estancia en el tiempo pero permanentes en el recuerdo.
Tuvimos la oportunidad de compartir juntos en las tribunas jurídicas y en los avatares de la política, por muchos años, que, ahora resultan pocos
Tu erudición nos acostumbró a los vibrantes discursos políticos y a las convencedoras oratorias forenses, ambientadas en las más ilustres metáforas de las ideas políticas y los pensamientos jurídicos más avanzados.
Apenados pero sin las tristezas que evocan las cruces y las palomas blancas que surcan los cielos azulados con luces de nubes blancas, expresamos la satisfacción por el premio que nos dio la vida de conocer y compartir con un ser de espíritu superior.
Muchos nos resistimos a contemplar tu anatomía física deteriorada por el feroz ataque del silente quebranto, porque fue preferible mantener la imagen del hombre firme y trabajador infatigable.
Los carriles de los cañaverales, que transitaste para impartir docencia, los barrios y las calles de los pueblos de nuestra provincia, que, en las lides jurídicas y políticas ayer recorriste esparciendo esperanza de justicia, hoy se disputan el honor de llevar tu nombre. Tuviste que desencarnar a destiempo, para descubrir tu grandeza.
Luego, hoy es el primer día en que te recordaremos siempre, porque, reconocemos los aportes de tu fructífera vida terrenal.
Sin cruces ni palomas blancas, te rendimos honor. Compañero, amigo y colega, Dr. Ramón Agramonte Alcequiez (Román).
(VER VIDEO)